Por Ana María Ureña
Cuando el tránsito estuvo asistido por agentes de la policía, daba gusto hasta verlos actuar, más cuando era necesario su ayuda para víabilizar el tráfico, lo hacían con una profesionalidad y elegancia.
Pero tras la formación de la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET), ahora Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett), hubo una transformación, que a la salida de su primer director Hamlet Hermann, deribo en un desastre, y en vez de avanzar retrocedió.
Ya no son agentes de tránsito lo que vemos, son unos coreógrafos de frentes de orquestas moviendo las manos como anormales, que usted no sabe si estan dándole paso o lo están enviando a volar.
Unos terroristas, que muchos conductores creen que por qué te levantó la mano tienen que detenerse ipso facto y provocar un choque, cuando su trabajo debe ser similar al semáforo, que primero avisa con una luz amarilla.
Estos elementos no bien te hacen una mala señal de pare, cuando ya están halando o llamando los de otra vía, como solemos hacer cuando además de llamar con la boca a alguien. «Ven acá» y le agregamos un ademán con la mano.
Así es que estos ridículos de ahora dan paso, que de lo que está bueno es detenersele al lado y decirle:
«Dígame», para qué me llamó
Y lo peor de esta «peste verde» es que se dedican a perturbar a quien anda trabajando y a los delincuentes que gobiernan las calles lo pasan por alto.
Su proceder, y es como si fuesen enviados a eso «vaya a poner multa» sin importar tengan o no documentos «póngala» y después hablamos. Es lo que parece. Pues no es uno ni dos los casos que sin importar legalidad o no, adjudican multa, no es uno ni dos los casos que alegan «tardó mucho en encontrar los documentos».
Y esos son pocos los que salen a la luz, que deben ser cientos. Es el caso del periodista Guillermo García, que nos motiva este escrito, que publicó un mensaje en Twitter informando que un sujeto, lamentablemente -coronel- de apellido Polanco, lo tomó de presa y ordenó a una cabo, la que a su vez ordenó a un raso que lo multara «porque sí». Por lo que García, procedió a reclamar.
«Hoy gané la impugnación a una multa q el Cnel Polanco ordenó a una cabo q a su vez le dijo a un raso q me aplicará la sanción. Las leyes son para fortalecer la institucionalidad, no para abusar ni satisfacer caprichos personales. COÑAZO !!», escribió García.
A continuación su tuit:
Hoy gané la impugnación a una multa q el Cnel Polanco ordenó a una cabo q a su vez le dijo a un raso q me aplicará la sanción.
Las leyes son para fortalecer la institucionalidad, no para abusar ni satisfacer caprichos personales. COÑAZO !! pic.twitter.com/xZewnpqmqV— Guillermo García (@Guillermo565) February 28, 2022
El abuso y la provocación de este infeliz, que así como a Guillermo, debe haber jodido a cientos, y que no todos deciden acudir a reclamación, pues es otro maldito problema que estos malvados les suman a las personas, al tener que sacar tiempo y dinero, para ir a quejarse y denunciar el abuso.
Pero llegan mucho más lejos, colocan multas al vapor, en el aire, inclusive a personas que no manejan, que no tienen vehículo, falta saber si es automático que lo hacen o es a través de un agente.
Asi que presidente Abinader, si pretende vuelvan a votar por usted, pare esos abusos…!!!
La autora es: Abogada, reside en Santiago
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